Unidad 7. La poesía española tras la Guerra Civil
LA POESÍA DEL EXILIO
León Felipe
La escritura de León Felipe Camino Galicia (Zamora 1884-México1968) está marcada por su poderosa individualidad, que le ayudó a mantenerse al margen de cualquier grupo generacional; por el acercamiento a los pobres, débiles u oprimidos y por una poética inspirada en la tradición popular, en la que predominan expresiones sencillas, repeticiones y paralelismos, al lado de imágenes eficaces y transparentes, como las presentes en el poema “Más sencilla”, que puede interpretarse como su credo poético. Entre sus obras destacan Versos y oraciones del caminante (1920 y 1930), El payaso de las bofetadas (1938) y Antología rota (1947 y 1957).
Más sencilla
Más sencilla, más sencilla.
Sin barroquismo,
sin añadidos ni ornamentos,
los maderos,
desnudos
y decididamente rectos.
Los brazos en abrazo hacia la Tierra,
el astil disparándose a los cielos.
Que no haya un solo adorno
que distraiga este gesto,
este equilibrio humano
de los dos mandamientos.
Más sencilla, más sencilla;
has una cruz sencilla, carpintero.
Español
Español del éxodo de ayer
y español del éxodo de hoy:
te salvarás como hombre,
pero no como español.
No tienes patria ni tribu. Si puedes,
hunde tus raíces y tus sueños
en la lluvia ecuménica del sol.
Y yérguete... ¡Yérguete!
Que tal vez el hombre de este tiempo...
es el hombre movible de la luz,
del éxodo y del viento.
(Español del éxodo y del llanto)
-Explica el sentido simbólico de la cruz en el primer poema de León Felipe.
-¿Cómo aparece el tema del exilio en “Español”?
Juan Gil-Albert
Juan Gil-Albert (Alicante 1904-1994) Es uno de los principales representantes de la poesía del exilio, aunque regresara a España en 1947, para mantener desde entonces una especie de exilio interior. Su primer libro Misteriosa presencia (1936) contiene 34 originales sonetos amorosos de clara inspiración gongorina; durante la guerra civil muestra su apoyo a la causa republicana en Son nombres ignorados (1938); en 1945 desde el exilio publicaría Las ilusiones, colección de poemas de inspiración clásica donde la música o la antigüedad greco-latina sirven de evasión para el desengaño del poeta.
Fuentes de la constancia
Nada es aquí en la tierra comparable
al sonido del agua, nada altera
nuestra faz con vivísimos reflejos
de transparencia como el acercarnos
a esos irresistibles brotes frescos
de un manantial. Su vida palpitante
nos traslada con súbito trastorno
a un misterioso fondo originario
de graciosa tristeza. Suena lejos
ese gran rumorcillo de una aurora
que nos indica un lecho deleitable,
una voz verdadera y escondida
bajo la tierra amada.¡Cuán cansado
para el hombre en sus días laboriosos
en esta intransigente lucha oscura
de la mediocridad! Manan las fuentes,
fuera de él su néctar melodioso,
su leche de agua viva entre la roca
de pálidos vestigios virginales
y los juncos eternos le acompañan
con su tañir de júbilo naciente
que da cuerpo a la luz. Mas encerrados
en sus vastas ciudades afanosas,
con el hollín y el polvo que les niega
toda bondad, los hombres han perdido
casi el divino ardor de sus entrañas
y la sed que da vida a sus deseos (...).
Los muchachos
Homenaje a Porfirio Barba-Jacob
Me veo precisado a repetirlo
una vez más: mis solos compañeros
de ruta y lecho: jóvenes que fuisteis
mi tentación más firme y el encanto
de mi flaqueza. Debo repetirlo
por última verdad: os amé a todos
cual si fuerais el mismo y el distinto
que cada vez mostrábase a la vista
como un primaveral brotar de nuevo:
fuisteis David, Tobeyo, Albano, Cinthio,
y aquél que no durmió nunca en mis brazos
pero supo decirme como nadie
que me quería. Espectros redentores
de mi corporeidad, númenes vivos
de mi pasión, tormentas fugitivas
de mi buen tiempo. Chicos azarosos
que con vuestras muchachas e inquietudes
cumplíais vuestro sino dando el pecho
a toda adversidad y pregonando
la frágil dicha, el sueño interrumpido,
lo duro que es vivir aun siendo joven
y la mucha energía que se gasta
en tratos baladíes. Pero entonces,
como quien oye a Dios o algún maestro
que suele aparentar su misma calma,
veníais a buscar en mi clemencia
el resplandor difuso de mi sombra
rodeada de sol como un gran árbol
que nos acoge en sí y que nos preserva
de no sabemos qué, muchachos míos,
de no sabemos qué. ¡Qué más quisiera
que haberos preservado eternamente
de vuestra soledad originaria,
de vuestro desconcierto! Nunca pude
sino disimular mi limitada
zona de luz, lo poco que tenía,
para que sustentáramos unidos
esta gravitación de la existencia.
Pero os he sido fiel y eso me salva.
Estaban bien dispuestos los altares
en los que colocaba cada noche
vuestra imagen triunfal con su avecilla
de temblorosa luz. y aun cuando a veces
la soledad rociaba con ausencias
mi corazón, presagios eran siempre
de una nueva deidad que se avecina,
y pronto dibujábase en la mente
un inédito rostro que aportaba
con el sueño pasado la extrañeza
de un nuevo amanecer: constancias mías
de la cambiante forma que me disteis.
Así quiero que conste en mis palabras
lo que es verdad y nadie desvaríe
cuando quiere emplear la suficiencia
y hablar de lo que ignora. Sólo sabe
quién es quien se hace dueño de sí mismo.
Yo soy quien os amó. Vosotros fuisteis
los órganos florales de mi suerte.
y ahora que ya no estoy sobre la tierra
y que en hombres vosotros convertidos
añoráis algún día la fragancia
de lo que se extinguió, sabedme siempre,
dispuesto a recrear no importa dónde,
no importa con qué nuevo compañero,
la evanescente forma prohibida,
este inútil contacto perdurable
que fue mi meta.
-Resume la idea principal de cada texto.
-Juan Gil-Albert recrea en el fragmento de “Fuentes de la constancia” un tópico literario de larga tradición: identifícalo y señala otros autores que lo han tocado.
-Identifica las referencias al amor homosexual en “Los muchachos”.
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Iberystyka