La Defensa Francesa - Miguel Czerniak, 1954.pdf

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MIGUEL CZERNIAK
LA
DEFENSA FRANCESA
ESTUDIO COMPLETO DE EST A DEFENSA
Y DE SUS. VARIANTES, CON NUMEROSOS
DIAGRAMAS, EJEMPLOS EXPLICATIVOS
Y PARTIDAS COMPLETAS Y COMENTADAS
DE LOS GRAN DES MAESTROS
EDIORIAL oPENA RGENTNA, S. R. L.
ESMERALDA 116
BUENOS AIRES
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Unica edici6n autoizada
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PD D PBLD N ARGENTINA
IMP IE ET E EN ARGENE
STMPATO E PBBLICATO NELL'ARGENNA
D R U C K O AUSGBE IN ARGENTEN
MPRESSO E DITDO NA ARGENTNA
SEGUNDA EDICION
MARZO DE 1954
IMPRESO Y EDITADO EN LA ARGENTINA
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INTRODUCCION
Cuando se quiere escribir un libro sobre alguna apetura 0 defesa uno
puede elegir entre metodos de trabajo distintos.
EI primero seria una recopilacion fiel de todas las lineas conocids. En
este caso se dejaria al lector en libertad de elegir y aplicar las vaantes
segun su gusto. EI autor actuaria como n ista y sin responder del valor
del mateial publicado. Un libro escito de esta manera seria muy util para
los jugadores fuertes, quienes pose en su modo pTopio de ver las cosas.
Obligaia a trabajar a los aficionados de fuerza com un, para quienes la
falta del comentario tecnico habria sido provechosa y perjudicial a la vez;
pero ciertamente pTovocaria entre los jugadores mas debiles un estado
de confusion lamentable.
EI segundo metodo es el mas frecuentemente empleado. Consiste en
publicar solamente variantes probadas, con el agregado laconico y super­
autorizado al fin de toda linea: «las blancas estan mejor», 0 «las negras
tienen ventaja . , 0 bien eigualdad» e). A menudo el autor no sabe bien
que opinar y entonces se escapa tras una cortina de humo que se llama:
ey el juego esta muy complejo».
Ahora bien; son muchas ls situaciones en que ningun gran maestro,
por mas autorizada que sea su opinion, puede decidir que banda esta
mejor. Ejemplo practico: un jugador posee cierta superioridad numeica,
el otro, en cambio, goza de una posicion excelente. Resulta imposible deter­
minar quien esta mejor. Un jugador de estilo agresivo seguramente optara
por la mejor posicion. EI jugador de espiritu d e fensivo y materialista e
inclinaria a aceptar la ventaja material.
Llegamos a la unica conclusion posible. Al dar la variante y «aclararla.
(, oscurecerla) con el comentario elas blancas estan mejor», es preciso
eplicar por que estan mejor. Entonces todo estaria en orden. EI autor
expresaria su opinion y el aficionado podria estar 0 no de acuerdo con el,
segUn las razones del comentario eplicativo. Y este es precisamente el
metodo que tratamos de adoptar en el libro presente.
Nuestro trabajo no ha sido hecho para ajedrecistas de alguna categoria
determinada. Desde la cuarta hasta la primera, bien puede servirles a
todos. Pero, desde luego, es mas util para los de aquella.
No olvidemos que para un jugador debil la apertura es un bosque re­
pleto de varantes. En este bosque no hay caminos ni senderos: reina os­
curidad y confusion. Las variantes parecen extranos arboles cuyas rami­
ficaciones crecen «ad infinitum» y cuyo aspecto cambia todos los anos.
.No seria indiscrecion aTTojar un poco de luz en este bosque oscuro?
Perderia su misterio y tal vez algo de su encanto. Pero entonces el sim-
(1) A prop6.ito: la igualdad de posiciones en el ajedrez no exlste; s610 hay sltuaclones en que 1&
ventaja de un bando u otro es tan e.casa que resulta lmposlble reallzarla. Aun n la poslc16n perfee­
tamente slm!trlca, uno de los jugadores posee ventaja: la de la saUda.
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6 IGEL CIAK
pe afiiod o odra uarlo de un etrea al o tr o; y esto , m as qe al­
quier otro factr, seg ura a los est u d i os tecs u der eco a la vd a.
Al querer pouarar Ia defesa francesa , os damos n ta, sin
b argo, de que la gran cantidd de variantes incluid s
cnfundir al est u d n te. Por otra pate, no q uisiera o s que ellector rete.'
ga el desaollo de t oda vaante mediante un simple esfuerzo mecanco
de Ia memoa. En ua palabra, recomen damos no aprender las vates
sinocomprenderlas.
EI aficinado comun cree en el prvecho de conocer, cuanto mas mejor,
ls diverss ap e t u rs co n sus mutiples variant es. Sea capaz de exagerar
el valr de estos conocimientos, restando impotania a a ate media del
juego y al final. Seia capaz de estudiar con perseverancia su apetura 0
d e f es a referida a fin de conocer todos s detalles. Comprendemos la
satfacn del jugador que pisa un terreno conocido; p ero asi y todo
eramos advertirle de un peligro: el de dispersar u ate ncion e n e l
eudio de los detalles, antes de entender bien el esiJitu y «ambiente» de
dcha· apetura.
EI conocimiento perfecto de ua apertura no se mide por la cantidad
de us varantes estudiads. Hemos incluido en el libro presente cer c a
de 70 lines distints de la defensa francesa. Pero de ningun modo acon­
sejamos estudiarlas ua por una. Seia un esfuero esteril; no reportaa
al lector beneficio alguno.
Sugerimos la siguiente manera de estudiar el libro:
1) El aficionado reproduce en el tablero s primeras jugads (pag. 11)
hsta llegar a la posiciOn del diagrama 2. Despues de cada jugada
reflexiona, tratando de comprender u objeto.
2) Al sentir curiosidad e interes por alguna alternativa determiada
debe buscar inmedatamente en el esquema (pags. 8 y 9) el capitulo
correspondiente y dedicarse a u estudio; pero siempre en li
generales y sin entrar en los detalles. Nada ayuda tanto al estudio
cmo la uriosidad.
3) Solo despues de familiaizarse con el aspecto general de a1gunas va­
antes se puede sar al estudio minucioso de sus detalles.
La maya de los ajedrecists sigue creyendo que el optar por una
vaante buea puede aseurarles ventaja decisiva, al igua1 que el empleo
de una linea infeior debe castigarse con la perdida del juego. No es i.
Ua variante es realmente mala uando causa perdidas materiales sin
compensacion de ningua clse 0 uando proporciona al contrario tal
superioridad de posicion, que esta puede transfomarse en un factor de­
isivo, por ejemplo, en un ataque victorioso. Por 10 general, una vaiante
buena nos asegura juego cOmodo, mejor desarrollo y posiiOn. Pero o
. d ebemos entsiamanos. La defensa posee. muchos recursos y ademi s
hay ciertas ventajas que no pueden materializarse. Es esta una de la s
injusticias flagrantes de nuestro juego.
Por ultimo, quiero llamar la atencion del lector sobre ls partidas nu­
merdas. No he querido dar ejemplos, «monumentos» de exactitud y pre­
cision cronometrica. Escogi, conscentemente, artidas de lucha con sus
continuos altibajos, inevitables errores y bellas hazaias.
MIGUEL CZERNIAK.
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