Libro de nod.doc

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Noticia Preliminar.

 

              L

a presente edición es una traducción de la versión que hizo Aristotile de Laurent en inglés. Se ha utilizado el metro más propio de la lengua castellana (el octosílabo) para realizar esta tarea, si bien muchos versos no mantienen este metro, debido principalmente a causas estilísticas. Esta traducción no pretende ser una versión definitiva del Libro de Nod, pues no se han tenido en cuenta ni los pies, ni las cesuras, ni la métrica del original. Ésta se ha llevado a cabo de una forma un tanto precipitada, más propia de un Toreador o de un Malkavian.

 

              Debido a las exigencias del léxico en el original se ha introducido un cierto número de neologismos, si bien son de fácil comprensión, y aquellos que no lo son van acompañados de una nota que los aclara.

 

              Las correlaciones entre distintos ciclos mitológicos ha influido en gran medida en esta obra, y aunque algunas de ellas están explicadas mediante notas, la mayoría ha sido deliberadamente omitida para no dar la sensación de texto académico. Así pues, aquellas culturas alejadas tanto por la distancia como por el tiempo de la judeocristiana se han visto apartadas de las notas críticas de cada parte o canto.

 

              Los versos han sido numerados para facilitar su estudio a mentes no excesivamente preclaras, y aunque no se corresponden, en la mayoría de los casos, con los del texto original, sí se mantiene la correspondencia entre estrofas. Respecto a las estrofas hay que decir que se ha evitado la creación de laisse imitando la épica romance medieval. Esta decisión se ha tomado para evitar ser cargante con la sonoridad, eludiendo cualquier cacofonía posible por lo que a rima se refiere.

 

              Por último, si alguien desea hacerme llegar cualquier posible error de esta versión aún no definitiva, le ruego que lo cite de la siguiente manera: si hace referencia al texto traducido, indicando el canto al cual pertenece y el verso en cuestión (p.e: Los Signos de la Gehenna, vv. 2: "planto" es arcaizante. Sería mejor utilizar "llanto"); y si hace referencia al texto original, indicando el canto y la estrofa (p.e: The Signs of Gehenna, #1: "cry" se traduciría mejor como "lamento" o "grito", teniendo en cuenta su significado de angustia en inglés y su sensación de inminencia).

 

              Dicho esto, ya no queda ningún punto oscuro por esclarecer, tan sólo decir que la traducción de la Crónica de las Sombras ya está en marcha, y que aparecerá en breve.

 

              Cordialmente,

 

              E. D.


 

 

 

 

 

 

Prólogo

              N

o es importante que esta parte del Libro de Nod no sea comparativamente certero con el canon bíblico estándar. Lo que es importante es que tenemos, quizás por primera vez, un punto de vista personal de los eventos que ocurrieron durante los días posteriores a la Caída. Caín nos narra en sus propias palabras cuáles fueron sus motivos, y aunque sea posible que esta historia exista sólo para moldear la idea que tengamos de él, podemos asumir que hay algún elemento verdadero en su historia. Su relato es, después de todo, el único testimonio presencial en que podemos basarnos.

 

Ah, nuestro querido Padre. En varios mitos islámicos, la figura equivalente a Satanás es expulsada del Cielo no por odiar la humanidad, sino por amar tanto a Dios hasta el extremo de no querer arrodillarse ante nadie que no sea Dios, no sirviendo así a la humanidad. Esto es quizás lo que tiene en común con el amor de Caín: ama tanto a su hermano que no pude pensar en ningún otro sacrificio digno de Aquél en lo Alto[1]. Seguramente Caín no podría haber tenido ninguna otra razón para sacrificar a su hermano. No pudo haber conocido la muerte, habiendo nacido antes de que la Muerte fuera algo que la humanidad hubiera experimentado.

 

Otras figuras de este tiempo también juegan papeles instrumentales en la obra. Seguramente no es una mitológica transliteración pura lo que hace a Lilith aparecer en esta historia, ya que ella es una figura en los fragmentos más antiguos de los Midrashim hebreos. Habiendo sido expulsada del Paraíso en primer lugar, podría haber reconocido a Caín como uno que estuvo en la luz del Cielo y posteriormente expulsado. Hay algunos de mis colegas que creen que este fragmento representa la idea de que Lilith, madre de la magia y diablesa, enseñó las primeras disciplinas a Caín. Otros la ven como una comadrona del despertar del potencial mágico de nuestro Padre.

 

Lo que queda por descubrir es el Ciclo de Lilith[2], que supuestamente describe el tiempo en que Caín estuvo junto con Lilith como su sirviente y amante. ¿Fue éste meramente un flirteo, o pudo ser algún tipo de aprendizaje místico, durante el cual Lilith gradualmente extrajo de Caín las limitaciones que el Divino había puesto en él, y lentamente lo Despertó[3] hacia sus propios poderes mágicos? El hecho es que ella se muestra turbada cuando él bebe su sangre del vaso del Despertar[4], poniendo de manifiesto su falta de comprensión total de aquello en lo que su sangre podría convertir al Primer Hijo de Adán.

 

No debemos perder el tiempo especulando si el vaso causa una alucinación a Caín o si Caín es transportado físicamente a un yermo en algún lugar de la Oscuridad. Esto no es comprendido totalmente, ni es expuesto con claridad en la traducción del texto original. Los versos originales esencialmente significan “aspirado” o “trasladado”. Ambos significados de la palabra apuntan a las dos explicaciones. Y nosotros no ganamos mucho en el debate que nos ocupa: no tiene importancia que Caín fuera transportado físicamente o no. De modo similar a las visiones chamánicas producidas como el resultado del consumo ritual de alucinógenos, la experiencia que vivió Caín fue tan real para él como cualquier viaje puede serlo para nosotros.

 

Mi chiquillo, Beckett, continúa reafirmando de que la Crónica de Caín es una parábola vampírica. Yo estoy en desacuerdo totalmente, pero Beckett es un chiquillo a quien aprecio enormemente. Incluiré sus estudios y descubrimientos aquí, en las páginas que siguen a ésta.

 

             

 

 

 

 

 

 

Prefacio

              N

o puedo explicaros el desabrigado miedo que siento, escribiendo estas palabras por primera vez y de forma definitiva. Quizás me arrepentiré de ellas; quizás jamás sean impresas. Pero es mi naturaleza narrar esto. Lo llevo, como suelen decir, en la sangre.

 

Mi sire, y su sire antes que él, siguió esta grande y gloriosa tarea. En efecto, nuestra propia naturaleza se ha formado gracias a ésta búsqueda; no somos capaces de dejar de buscar algún saber oculto. Nosotros somos de los Mnemosínidas[5], los Buscadores de Recuerdos. Específicamente, a nosotros nos encargaron la tarea de buscar el Libro, el tomo de todas las tradiciones de los Vástagos, una colección de escritos de Caín, sus hijos y los hijos de sus hijos. Es este libro, supuestamente escrito por primera vez en la tierra de Nod, al este del Edén, quien captura las pesadillas diurnas y convierte cada noche en un sendero doloroso que va desde la ignorancia hacia la verdad.

 

A pesar de todo, saboreo cada momento de mi no-vida. Saboreo la sensación de mi vieja piel arrugada a través de guantes de seda, girándolos[6] página a página. Mis manos tiemblan con placer mientras sujetan suaves, frías luces y leen tinta que se secó cuando Carlomagno era joven. Saboreo el gentil, quieto terror de leer tabletas cuneiformes que amenazan con desmenuzarse ante mi presencia. Más que esto, quizá más que la mortalidad en si misma, es la búsqueda que quema en mi interior. Es explorar[7]. He viajado alrededor del mundo, quizás más que ningún otro de mi línea de sangre.

 

Allí donde mi búsqueda me lleve, ¡no conoceré temor alguno! Aunque pequeño de talla y de cuerpo débil, mi corazón es fuerte y mi sangre aún más. ¡No tengo miedo de ir a esos lugares sombríos donde los fragmentos de las lecciones de nuestro Padre, lanzados a lo lejos, yacen descansando!

 

Me he perdido en la cruda brutalidad de Nueva York, libado té con el gobernador de Kingston, hecho rencorosos enemigos en Johannesburg, alquilado los mejores cavadores en el Cairo, luchado para poder arribar a Casablanca, estudiado la antigua siderurgia y los antiguos monumentos en Toledo, cavado en los blancos riscos de Dover, apenas evitado una pelea mortal en Dublín, pasado furtivamente ante observadores ojos en Brest, y liberado antiguos tomos del monasterio Colonia. He salvado doce rollos sagrados de la quema en Berlín, bebido el mejor café y hablado con los más grandes eruditos austríacos en Viena, estudiado antiguo sumerio con un Matusalén como mentor en los túneles ocultos bajo la Universidad de Praga y resistido los más fríos inviernos que Oslo podría ofrecer.

 

Pero no lo he hecho tan sólo con mis habilidades[8].

 

Apenas pasa una noche que no agradezca a nuestro Fundador por su previsión al proveerme con los secretos métodos para esconderse, la forma de ver más allá de la vista y la voz de la dominación que parece ser adquirida fácilmente por los de nuestra saga, y he largamente bendecido mi guerrero amigo Karsh, quien me enseñó el secreto de ver en la oscuridad y dormir en la tierra.

 

Y, todavía, aún me pregunto con qué más nuestro fundador nos proveyó. Mi sire y su sire parecen haber sido víctimas de una horrible maldición. Una locura, oscura y apacible al principio pero rápidamente agravada hacia una pérdida terrible de pensamiento coherente y comunicación, parece que los haya golpeado ¿Puedo estar yo muy lejos de este estado? Mi amigo Tremere me ha escrito diciendo que la necesidad ardiente que afecta mi línea de sangre debe de haber sido la causa de la locura. Debo ser sincero, no puedo luchar en contra de adquirir más conocimientos. Es tan difícil de resistir como lo son la necesidad de dormir y la de beber sangre.

 

Es quizás esta locura, lo que yo más temo, lo que me obliga a ir con prisas a galeras[9] con esta traducción. Sabed que no intento romper la  frágil Mascarada de Raphael imprimiendo estas palabras. Es mi intención que el escaso número de diez copias de este libro sean impresas, y que ninguna de estas caiga en manos de los hijos de Seth (como nuestro Padre ordena en la Crónica de las Sombras).

 

Debo publicar esto ahora, sin embargo. Es la más completa compilación de las Crónicas del Libro de Nod que jamás ha sido reunida. Ninguna otra traducción, incluso el Códice de Caín de Critias[10], ha sido tan completa

 

Y sin embargo me apena decir que éste no reúne el texto completo. Nada más lejos. He visto enteros fragmentos convertirse en humo mientras las llamas consumían antiguos edificios. He tocado una versión completa del Libro en la tumba de un Antediluviano, y visto cómo se convertía en polvo.

Sé que en las catacumbas de la Ciudad de Oro Perdida, escondida en las profundidades de la jungla amazónica, hay trece fragmentos de piedra de los que se dice contienen mensajes específicos para cada una de las trece tribus de Vástagos, pero los pude vislumbrar un instante antes de que fuera expulsado de allí. Por consiguiente, sólo me puedo enorgullecer de tener una parte del puzzle: la más extensa parte jamás reunida, cierto, pero todavía sólo una parte del total.

 

He escogido el inglés ya que es mi lengua materna. Es, en mi opinión, la lengua que con más comodidad danza entre los antiguos conceptos de Sumeria, la noble lengua de la Roma clásica y los estentóreos ensalmos de la Alemania medieval. Debo rogar perdón esta, en algunos casos poco sincera, simplificación. Sin embargo, defenderé siempre mi elección. El inglés regio me servirá bien, especialmente desde que muchos de los textos originales se han perdido para mí.

 

Es quizás mi particular travesura que siga las hebras del recuerdo de cada uno de los fragmentos de este Libro, y sin embargo sé que hay quienes me acosan a cada paso que doy. Sé que Amelek ha intentado frustrar mis investigaciones, del mismo modo que lo han hecho otros Matusalenes. Es difícil encontrar, por ejemplo, los listados de los nombres de los Antediluvianos y los Matusalenes ya que ellos saben que en los nombres reside poder, y ellos, temiendo que algunos magos pudieran aprender cómo controlarlos con él, los han borrado de la Historia, sin importar dónde éstos hayan podido ser recobrados.

 

He logrado descubrir algunos de ellos, pero sospecho que éstos fueron nombres falsos creados por los antediluvianos para alejarme de mi objetivo, por lo que los transcribo aquí. Ésta puede ser la única manera de identificar ciertos Antediluvianos. Además, he caído en la costumbre (lamentablemente) de referirme al fundador del clan con el nominativo del nombre del clan. Por ejemplo, “Malkav” equivale a “malkavian”. Esto es, admitámoslo, poco más que fórmulas mnemotécnicas poco sólidas, pero no he tenido otra elección. Una vez averigüé el verdadero nombre del Antediluviano Brujah y descubrí mi propio nombre grabado en mi antebrazo al siguiente anochecer. Inmediatamente juré no volver a buscar los nombres de estos fundadores[11].

 

Estoy casi seguro de que, incluso mientras escribo estas palabras, hay agentes de la Jyhad que me siguen. Esta noche no iré a la sala comunitaria en el piso de abajo porque anoche bebí demasiada sangre perfumada con vino y vi a una mujer con los ojos de color verde plateado mirándome. Llevaba bordado el símbolo Ventrue del cetro en su túnica. Sé que era ella, buscándome, enviada por Ventrue para hostigarme. No importa ¡Escribiré la verdad y el resto de vosotros sed condenados!

 

He intentado compilar estos fragmentos textuales en una historia coherente, como mínimo en el interior de los contextos de las varias Crónicas. Donde veáis una elipsis, sabed que hay más palabras en ese particular fragmento, pero que de alguna manera se han perdido, borrado o escondido de mí.

 

Sólo espero que un paquete proveniente de Londres para finalizar esta misiva y haber concluido este libro. Este paquete me traerá una de las copias del Códice de Caín que todavía existen, y será la última pieza de mi complejo puzzle. Deseo tocarlo, abrazarlo, con gran expectación. Y si cualquiera de mis hermanos o hermanas se acerca a él... ¡los llevaré a la muerte de Fuego! Dejad que la espada sagrada de Miguel[12] los marque, por todo lo que protejo. Nadie ha llegado tan cerca. Reinaré triunfante entre los míos.

 

Con Triunfo,

 

 

Aristotile de Laurent.


Los primeros tiempos

 

 

 

 

Sueño los primeros tiempos[i]

              De la más larga memoria.

              Canto[ii] los primeros tiempos

              De todos más viejo Padre.

5              Canto los primeros tiempos

              Y el claro amanecer

              De toda la Oscuridad.

 

              En Nod[iii], donde la luz

              Del Paraíso alumbra

10              El azabache nocturno

              Y gotas de nuestros padres

              Mojan y ablandan el suelo.

 

              De nos, todos y cada uno,

              Decidimos poder como

15              Quisiéramos vivir y

              Coger nuestros alimentos

              De las entrañas de la tierra.

 

              Yo, primogénito Caín,

              Con útiles puntiagudos[iv],

20              Planté[v] semillas oscuras,

              Las regué dentro de la tierra,

              Las cuidé, las vi crecer.

 

              Él, segundogénito Abel,

              Cuidó de los animales,

25              Ayudó en sus sangrientos[vi]

              Partos, los alimentó,

              Y también los vio crecer.

 

              Yo lo amaba, a mi hermano.

              Él, él era el más brillante,

30              El más dulce, el más fuerte.

              Él era la prima parte[vii]

              De toda mía alegría.

 

              Entonces, en un día

              De abril, nuestro Padre[viii] dijo:

35              "Caín, Abel, un regalo

              A Aquél en lo Alto[ix] debéis

              Hacer, un sacrificio -

              Un don de la prima parte

              De todo cuanto tenéis".

 

40              Yo, primogénito Caín,

              Recolecté tiernos brotes,

              Y los frutos más brillantes,

              Y la yerba más fresca.

 

              Y él, segundogénito Abel,

45              Sacrificó el más joven,

              El más fuerte, el más tierno

              De todos sus animales.

 

              Sobre el altar de nuestro Padre

              Posamos los sacrificios

50              Y prendimos fuego so ellos,

              Y el humo se los llevó

              Hacia Aquél en lo Alto.

 

              El sacrificio de Abel,

              Segundogénito, olió

55              Dulce a Aquél en lo Alto,

              Y Abel fue bendecido.

 

              Yo, primogénito Caín,

              Fui golpeado desde lo lejos[x]

              Por una severa palabra

60              Y una maldición, pues indigno

              Resultó mi sacrificio.

 

              Miré el sacrificio de Abel,

              Todavía humeante,

              La carne, la sangre.

65              Lloré, me tapé los ojos,

              Oré de día y de noche.

 

              Y cuando nuestro Padre[xi] dijo:

              "El tiempo del sacrificio

              Ha llegado ya de nuevo".

 

70              Y Abel condujo su más joven,

              Su más tierno, más amado

              Hacia el fuego sacrificial.

 

              Yo no llevé mi más joven,

              Mi más tierno, pues sabía

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